
Había una vez una niña que tenía un pequeño baúl...
Todos los días, la niña abría su baúl, de éste salían arcoiris, estrellas y colores, música y unicornios...
Un día la niña abrió el baúl y encontró nada, estaba oscuro, y se puso triste...
Entonces lo cerró para siempre y lo guardó bajo la cama.
Pasaron los años y la niña se dio cuenta que ese baúl había aumentado de tamaño, ya no cabía bajo la cama y más tarde ocupaba toda su habitación...
Entonces la niña tenía dos opciones:
1. Abrir el baúl nuevamente, considerando que lo que iba a encontrar ahí podía ser cualquier basura, cualquier cosa y que tendría que lidiar con eso por mucho rato, tal vez el resto de su vida...
2. Encontrar a alguien que le ayude a pintar el baúl de algún color, lo cual le duraría unos 4 o 5 años más... pero sería como evitar un fin "inevitable"...
Y la niña escogió la opción número uno...
Todos los días, la niña abría su baúl, de éste salían arcoiris, estrellas y colores, música y unicornios...
Un día la niña abrió el baúl y encontró nada, estaba oscuro, y se puso triste...
Entonces lo cerró para siempre y lo guardó bajo la cama.
Pasaron los años y la niña se dio cuenta que ese baúl había aumentado de tamaño, ya no cabía bajo la cama y más tarde ocupaba toda su habitación...
Entonces la niña tenía dos opciones:
1. Abrir el baúl nuevamente, considerando que lo que iba a encontrar ahí podía ser cualquier basura, cualquier cosa y que tendría que lidiar con eso por mucho rato, tal vez el resto de su vida...
2. Encontrar a alguien que le ayude a pintar el baúl de algún color, lo cual le duraría unos 4 o 5 años más... pero sería como evitar un fin "inevitable"...
Y la niña escogió la opción número uno...