martes, junio 29, 2010

Ya no quiero llover...

En estos días de lluvia...

Ni tampoco ver llover.

Últimamente cuando llueve afuera, también me llueve algo adentro... y es que es una sensación hasta tonta de que no será un buen día cuando amanece gris. Ansío la llegada del verano, sentir el sol en la cara, en los brazos, en la piel!

martes, junio 22, 2010

Sin mucha novedad

Increíble que la última vez que escribí fue hace 22 días!!. Tuve días bastante ajetreados desde esa fecha, pero lo logré y volví. Aunque sea solo para reportarme, no necesariamente para contar algo de mucho interés.

Hoy, en el cielo, hay un sol increíble y yo estoy que muero por salir para sentirlo sobre la piel; luego de haber visto llover por varias tardes y días, de haber sentido el frío congelándome los pies y las manos, estoy feliz por este cielo azul.

Da la sensación de que ya comienza el verano, pero no hay que decirlo en voz muy alta porque entonces las nubes se resienten y se juntan y se ponen a llorar y de nuevo se hace el invierno!

El verano me recuerda los arupos de la casa de mi mami, esos juegos con mis hermanos en el jardín, correteando de un lado para el otro... las cogidas, las congeladas, las escondidas... hasta saltar la cuerda con mi papi, o ir en bicicleta por la urbanización... Mi mami siempre nos protegía y no dejaba que saliéramos de la urbanización en la bicicleta, no a la carretera, no al pueblo, solo dentro de la urbanización... en realidad a veces no entiendo ¿de qué le sirvió protegernos tanto, guardarnos tanto en una bolita de cristal? Quizás cuando yo sea madre alguna vez, logre entender cuál es el límite o halle el equilibrio entre la protección y la sobreprotección... quizás los padres protegen a sus hijos para que tengan una infancia feliz, para que en su infancia no se den cuenta de lo duro que puede llegar a ser a veces la vida; pero al final todos vamos creciendo, y tarde o temprano nos vamos a dar cuenta.

Están pintando el edificio donde vivimos, y los chicos-señores están que conversan bien chistoso "y yo ahí con la correa abajo y se mete el marido de la doña, tocó salir corriendo porque el machete me sacó" "la señora si que me disculpe que somos amigos, pero es bien estúpida" "si cuando yo terminé con la Mariana, ahí me la topaba a cada rato, con ese gordo chiquito disque estaba, y que la majaba decían, luego ya le vi preñada" jajajaja.

Me voy, me voy a la ducha!!, hay que aprovechar que ya se fueron de la ventana del baño y no van a estar de curiosos :P

martes, junio 01, 2010

Una niña grande

En vista de que hoy es primero de junio, así como para aprovechar la fecha, he pensando en este post: si hay algo que espero nunca cambie en mí es la sensación de ser una niña.

Cachitos

Porque, ya no tendré mi carita de "niña que no rompe un plato", pero todavía me gusta lamer la tapa del yogurt cuando lo abro, o comer ciertas golosinas con las manos hasta chuparme los dedos; a veces hasta sacarme los mocos cuando nadie me ve (si, y apuesto que no soy la única así que ¡no pongan esa cara!); o bajar por la resbaladera a toda velocidad, o treparme al sube y baja (aunque ya no me suban, y solo yo baje, jajaja), o pasar por la escalera china de un lado al otro casi topando el suelo con los pies, o subirme a los árboles solo por la sensación de treparme, o embarrarme los dedos de pintura al pintar, o hasta treparme en esos caballitos que tienen como un resorte abajo y estar de adelante para atrás columpiándome (con miedo de que se parta por el peso)... todavía me gusta subirme a los columpios, aún me hace consquillas en la barriga; aún ahora me gusta entrar a esos laberintos que hay en los juegos, y qué decir de la rayuela!, sigo siendo buena para eso (especialmente para la de los días de la semana), todo es cuestión de conseguir una buena ficha :P Aún me gusta saltar la cuerda; a veces hasta intento de nuevo el juego ese del elástico o piola que era con las manos, pero ya no tengo con quién jugar eso así que no me sale del todo :( Igual ya no tengo con quién jugar el "paramelamano" y cómo adoraba ese juego, no importaba que no ganara siempre, lo lindo era pensar palabras nuevas!; tampoco nadie juega conmigo a las congeladas ni a las cogidas :(

Todavía me encanta andar descalza (aunque ahora si me da moquera), aún me gusta saltar como siete gradas en la escalera en vez de bajarlas de una en una o subirlas de dos en dos. No he perdido tanta flexibilidad de cuando era niña, aún puedo subir la pierna más arriba de la cabeza al dar una patada "karateka"... todavía me río cuando por ahí suena un pedo (aunque esto me volvió desde que me casé, porque donde mi mami ya no me reía, jejeje). Aún me gustan los trabalenguas, y cuando se puede "presumo" el único que no olvidé. Todavía me gustan las cosquillas!! (más hacerlas que recibirlas :P
). Me siguen gustando las mariquitas, las cojo con las manos y les hago caminar por mis brazo como cuando era niña pequeña.

A veces hasta me pongo a cantar esas canciones que enseñaban en la escuela ("María Isabel"); y hasta quiero hallar esa canción que alguna vez escuché en un programa de esos canales no tan conocidos de la televisión ecuatoriana, era una manzana que cantaba "hipo yeh yeh" y el nego se me ríe y dice que yo me lo inventé, y no hay en youtube, pero un día le demostraré que no es invento mío! jejeje.

Todavía no he perdido mi capacidad de asombro, aún sigo siendo la misma (y quizás más) curiosa de siempre, que no se aguanta para abrir los regalos (así los regalos no sean para mí, jajaja, pero éstos los abro con el consentimiento del dueño). Todavía conservo esa inocencia de la que a veces el marido se burla, porque no puede creer lo inocente que es mi cabeza (obviamente no es así siempre, solo en ciertas circunstancias y muy específicas).

Creo que los niños solo viven el ahora, no piensan en el futuro... tienen la suerte de no morirse de iras viéndolo al Correa... jejeje. Esa parte de mí ya no es tan niña, ahora si me preocupa el futuro, pero casi que ya no me amargo la vida por eso. Tampoco me gustan ya los bichos, de niña iba al patio, retiraba uno de los troncos o piedras, y ahí había todo un completo mundo de bichos!, los cogía con las manos, las cuicas, gusanos y lombrices, y luego iba corriendo donde la gallina para que se los coma; obviamente luego mi mami bravísima nos hablaba porque era ella quien tenía que matar a las gallinas, y laven pues, el buche, luego que la gallina se comió cuicas!!. También cogía arañas, mientras más grandes mejor, y les sacaba las patas, me fascinaba ver cómo caminaban en dos patas, una adelante de un lado y la otra atrás del otro, ¡pobres arañitas!, pero qué chistoso se movían! No había nada más lindo que tener un sapo o rana entre los dedos!, esa sensación de que dejaba todo baboooso y de que el pobre quería escapar!.

Definitivamente la infancia fue la mejor época, uno no sabía muchas cosas (a veces, como que el ignorar ciertas cosas a uno lo hacen más feliz)...

Feliz día para todos los que todavía dejan salir a su niño interior, aunque sea de vez en cuando!