Hoy fuí a misa, en Ipiales, estuvimos en el Santuario de Las Lajas, nosotros y mis suegros. Últimamente ando en un "estado" algo sensible, me la paso pensando muchas cosas y posibilidades. Mientras bajábamos las gradas para llegar al Santuario, no paraba de repetir en mi cabeza "Quiero estar sana, cúrame, quiero estar sana, cúrame, quiero estar sana"
Fui criada en un ambiente bastante pero no demasiado religioso en mi hogar, y bueno, en escuela y colegio católico. De hecho, cuando era niña, quería ser monja. Luego, en la adolescencia, estuve en grupos juveniles, retiros, fui catequista en una parroquia, estuve en el Primer Congreso Nacional Vocacional Juvenil y Misionero con un grupo de chicos y chicas de la Arquidiócesis de Quito, allí conocí gente de todo el país que estaba en las mismas... hasta estuve a punto de ir de misiones a un pueblo recóndito pero al final desistí (ya no me acuerdo porqué).
Toda la vida me la pasé "buscando" ese "algo" que de algún modo llenara cierto "vacío" que sentía, no sé si era un vacío creado por el hecho de que en Religión nos enseñaban que "Dios lo es todo, es el complemento, lo que nos llena; Jesús es tu amigo, no importa lo que hagas, igual él te seguirá queriendo".
A los 16 años, por cuestiones de la vida, vi opacado mi deseo de "seguir el camino del Señor", y fue entonces cuando empecé una especie de huída de todo aquel mundo que al final me hizo sentir miserable y vacía... Y no era precisamente por las cosas que hacía dentro de ese mundo, sino por las cosas que hice "afuera". Es que definitivamente el ser criada con esa mentalidad, y con ciertos... llamémoslo "valores" es algo que me marcó; yo me lo tomaba muy en serio, iba a misa todos los domingos sin falta, me confesaba, leía la Biblia y qué no decir de mis acciones... creo que la mayor parte del tiempo pecaba solamente de ingenua.
Entonces, pasó algo. No importaba lo que hiciera, cuánto rezara, cuánto llorara, cuánto me arrepintiera, ya nada iba a ser igual jamás. Las cosas iban empeorando y yo tomaba las desiciones más estúpidas cada vez... me avergüenza contarlo así tan abiertamente, lo único que les diré es que me consuela que el neguito sí lo sabe y que por eso él entiende.
En este mundo tan hipócrita, en el que te dicen que lo correcto es hacer esto y no lo otro... cuando son ellos los que hacen o hicieron todo lo que te prohíben "por debajo", qué duro resultaba seguir en aquella vida "religiosa" cuando yo sabía, por dentro, que no practicaba lo que predicaba.
Dejé de ir a misa en el colegio (me escondía en la biblioteca, hasta que un día me encontró la inspectora y me bajaron cuatro puntotes en conducta), y los domingos con mis padres. Renuncié a ser catequista... mentí, creo que dije que tenía un trabajo por aceptar y que debía abandonar el catesismo para dedicarme de lleno al tal trabajo. Me sentí culpable cuando me hicieron despedida y hasta me dieron regalo... pero ya qué, no me lo esperaba y ya no había marcha atrás.
Y así de a poco, la culpa me iba ganando y no lograba perdonarme, no me sentí capaz de entrar a una Iglesia en años, tardé muchísimo tiempo en reaccionar y me refugiaba en cualquier cosa con tal de eludir ese "mundo celestial". Sentía la "mirada de Dios" que me señalaba...
Llegó entonces la época en que simplemente dejé de "preocuparme" por esas cosas de la Religión. Ahí quedó todo, entraba a una iglesia simplemente de turista, para ver las decoraciones. Hice y des-hice en mi vida sin importarme si a Jesús le parecía o no bien lo que yo estaba haciendo. Fue bacán, es como no tener conciencia; actuar y luego pensar. Y claro, las consecuencias no tardaron en llegar...
Ahora que estoy "mas grande y madura", aún no sé bien qué pensar. Sé que he sido "una niña buena" desde un tiempo antes de estar con mi esposo. Pero esa parte culpable de mí no me permite ir a la Iglesia sin sentir ganas de llorar. Aún creo que si le pido a Dios con fe, él me va a sanar, va a permitir que mi padre vuelva a casa, va a hacer madurar a mi hermano para que decida con la cabeza un buen futuro, va a hacer entrar en razón a mi hermana para que sea una buena madre, va a hacer de mis sobrinas dos nenas felices, va a ayudarme a tener la casa que quiero, va a cuidar a mi neguito cuando se va a algún sitio al que no le puedo acompañar, va a dar mucha más fortaleza a mi madre...
Mi única teoría, es que quizás no me he perdonado a mí misma y también necesito el "perdón de Dios"... Ya no creo en la confesión, más bien me asusta, eso de decirle todas las cosas que uno hizo a un desconocido que te va a juzgar sin saber las causas ni razones que te llevaron a hacer tal o cual cosa... por más cura que sea, no, yo no lo creo.
Todavía esta parte religiosa de mí está tambaleándose, muchas veces no sé si creer, la mayor parte del tiempo simplemente no pienso en eso, pero hay días... como hoy, que me gustaría definir qué mismo pasa... porque nadie sabe con exactitud nada al respecto, porque muchos días dudo de si realmente Dios existe o es puro invento del hombre; porque no sé si sea solo una forma de controlarnos o darnos leyes a seguir; no sé si realmente exista y quiera perdonarme y que por las cosas que hice sea que no me escucha; no sé si esté esperando que yo dé o haga algo más para ahí si darme la sanación; o si las cosas buenas que me pasan son reconpensas pequeñas que llegan de a poco y que si sigo pidiéndole con fé que me sane lo hará el rato menos pensado...
No tengo idea de cuánto tiempo más seguiré así, entre que sí, entre que no... de todos modos, ¿no dicen que Dios está en todas partes?, entonces ¿para qué ir a la Iglesia a hablarle si puede escuchar de cualquier sitio? ¿por qué hay que confesarse si dicen que basta que nos arrepintamos de lo que hicimos para conseguir su perdón?
Ahora es muy complicado creer que Dios está en cada mendigo que se le acerca a uno, con todo lo que pareciera que "solo a mí me pasa", no dudaría que una de esas no sea ningún mendigo sino un loco ladrón y violador el que se me acerca... Además, "no hay que darle el pescado al hombre, hay que enseñarle a pescar"...
No puedo evitarlo, esta parte religiosa mía es algo que no me abandonará nunca, con esto viví mi infancia, mi adolescencia, aún ahora, aunque ya no es por llenar ningún vacío. Prometo seguir siendo "una niña buena" mientras pueda... pero a mi manera...
Fui criada en un ambiente bastante pero no demasiado religioso en mi hogar, y bueno, en escuela y colegio católico. De hecho, cuando era niña, quería ser monja. Luego, en la adolescencia, estuve en grupos juveniles, retiros, fui catequista en una parroquia, estuve en el Primer Congreso Nacional Vocacional Juvenil y Misionero con un grupo de chicos y chicas de la Arquidiócesis de Quito, allí conocí gente de todo el país que estaba en las mismas... hasta estuve a punto de ir de misiones a un pueblo recóndito pero al final desistí (ya no me acuerdo porqué).
Toda la vida me la pasé "buscando" ese "algo" que de algún modo llenara cierto "vacío" que sentía, no sé si era un vacío creado por el hecho de que en Religión nos enseñaban que "Dios lo es todo, es el complemento, lo que nos llena; Jesús es tu amigo, no importa lo que hagas, igual él te seguirá queriendo".
A los 16 años, por cuestiones de la vida, vi opacado mi deseo de "seguir el camino del Señor", y fue entonces cuando empecé una especie de huída de todo aquel mundo que al final me hizo sentir miserable y vacía... Y no era precisamente por las cosas que hacía dentro de ese mundo, sino por las cosas que hice "afuera". Es que definitivamente el ser criada con esa mentalidad, y con ciertos... llamémoslo "valores" es algo que me marcó; yo me lo tomaba muy en serio, iba a misa todos los domingos sin falta, me confesaba, leía la Biblia y qué no decir de mis acciones... creo que la mayor parte del tiempo pecaba solamente de ingenua.
Entonces, pasó algo. No importaba lo que hiciera, cuánto rezara, cuánto llorara, cuánto me arrepintiera, ya nada iba a ser igual jamás. Las cosas iban empeorando y yo tomaba las desiciones más estúpidas cada vez... me avergüenza contarlo así tan abiertamente, lo único que les diré es que me consuela que el neguito sí lo sabe y que por eso él entiende.
En este mundo tan hipócrita, en el que te dicen que lo correcto es hacer esto y no lo otro... cuando son ellos los que hacen o hicieron todo lo que te prohíben "por debajo", qué duro resultaba seguir en aquella vida "religiosa" cuando yo sabía, por dentro, que no practicaba lo que predicaba.
Dejé de ir a misa en el colegio (me escondía en la biblioteca, hasta que un día me encontró la inspectora y me bajaron cuatro puntotes en conducta), y los domingos con mis padres. Renuncié a ser catequista... mentí, creo que dije que tenía un trabajo por aceptar y que debía abandonar el catesismo para dedicarme de lleno al tal trabajo. Me sentí culpable cuando me hicieron despedida y hasta me dieron regalo... pero ya qué, no me lo esperaba y ya no había marcha atrás.
Y así de a poco, la culpa me iba ganando y no lograba perdonarme, no me sentí capaz de entrar a una Iglesia en años, tardé muchísimo tiempo en reaccionar y me refugiaba en cualquier cosa con tal de eludir ese "mundo celestial". Sentía la "mirada de Dios" que me señalaba...
Llegó entonces la época en que simplemente dejé de "preocuparme" por esas cosas de la Religión. Ahí quedó todo, entraba a una iglesia simplemente de turista, para ver las decoraciones. Hice y des-hice en mi vida sin importarme si a Jesús le parecía o no bien lo que yo estaba haciendo. Fue bacán, es como no tener conciencia; actuar y luego pensar. Y claro, las consecuencias no tardaron en llegar...
Ahora que estoy "mas grande y madura", aún no sé bien qué pensar. Sé que he sido "una niña buena" desde un tiempo antes de estar con mi esposo. Pero esa parte culpable de mí no me permite ir a la Iglesia sin sentir ganas de llorar. Aún creo que si le pido a Dios con fe, él me va a sanar, va a permitir que mi padre vuelva a casa, va a hacer madurar a mi hermano para que decida con la cabeza un buen futuro, va a hacer entrar en razón a mi hermana para que sea una buena madre, va a hacer de mis sobrinas dos nenas felices, va a ayudarme a tener la casa que quiero, va a cuidar a mi neguito cuando se va a algún sitio al que no le puedo acompañar, va a dar mucha más fortaleza a mi madre...
Mi única teoría, es que quizás no me he perdonado a mí misma y también necesito el "perdón de Dios"... Ya no creo en la confesión, más bien me asusta, eso de decirle todas las cosas que uno hizo a un desconocido que te va a juzgar sin saber las causas ni razones que te llevaron a hacer tal o cual cosa... por más cura que sea, no, yo no lo creo.
Todavía esta parte religiosa de mí está tambaleándose, muchas veces no sé si creer, la mayor parte del tiempo simplemente no pienso en eso, pero hay días... como hoy, que me gustaría definir qué mismo pasa... porque nadie sabe con exactitud nada al respecto, porque muchos días dudo de si realmente Dios existe o es puro invento del hombre; porque no sé si sea solo una forma de controlarnos o darnos leyes a seguir; no sé si realmente exista y quiera perdonarme y que por las cosas que hice sea que no me escucha; no sé si esté esperando que yo dé o haga algo más para ahí si darme la sanación; o si las cosas buenas que me pasan son reconpensas pequeñas que llegan de a poco y que si sigo pidiéndole con fé que me sane lo hará el rato menos pensado...
No tengo idea de cuánto tiempo más seguiré así, entre que sí, entre que no... de todos modos, ¿no dicen que Dios está en todas partes?, entonces ¿para qué ir a la Iglesia a hablarle si puede escuchar de cualquier sitio? ¿por qué hay que confesarse si dicen que basta que nos arrepintamos de lo que hicimos para conseguir su perdón?
Ahora es muy complicado creer que Dios está en cada mendigo que se le acerca a uno, con todo lo que pareciera que "solo a mí me pasa", no dudaría que una de esas no sea ningún mendigo sino un loco ladrón y violador el que se me acerca... Además, "no hay que darle el pescado al hombre, hay que enseñarle a pescar"...
No puedo evitarlo, esta parte religiosa mía es algo que no me abandonará nunca, con esto viví mi infancia, mi adolescencia, aún ahora, aunque ya no es por llenar ningún vacío. Prometo seguir siendo "una niña buena" mientras pueda... pero a mi manera...