
A veces las noches sin luna son tristes. Lo hermoso es el silencio que traen. Entonces puedo escuchar mi respiración y palpar los fantasmas que duermen en mi cama.
Temática, olvidadiza, paranóica, obstinada. Mamá de dos. Amante de la fotografía. Diseñadora gráfica.

Se asentúa el dolor en la cabeza, y los ojos empiezan a arder, entonces el frío, esta vez el real, se cola por cada uno de los espacios donde puede caber entre su abrigo.Lejos, el frío tiembla en tus manos, que permanecen desnudas y mojadas con el llanto que brota, despacito, de tus ojos.
La carretera se ve casi vacía. Y los vallenatos del bus son los mismos de siempre. Sabes que no es cierto, pero hay un silencio rodeándote. Entonces abres los ojos y miras tu reflejo en la ventana. Todavía traes los ojos tristes, hermosamente tristes, verdes y tristes como el ciprés que rodea tu casa, ese lugar a donde pocas veces has querido regresar realmente…
La luna tiembla a través del cristal y tu ropa mojada te recuerda lo hermosa que fue esa noche, solo la lluvia y tú, bailando, a oscuras, entre la gente…