Afuera, el frío, desde la ventana apenas se distingue, a través de los agujeros de la cortina, algunos alambres de luz y teléfono, en la acera pocas personas caminan, madres con sus hijos, padres con sus hijas, jóvenes parejas caminando en zig-zag; por la calle Bolívar pasan seguido muchos taxis, algunos buses, una que otra persona en bicicleta…
Adentro, el frío… una silla forrada con cuero color café, cuyas patas son de algún tipo de metal, una mesa de computadora, sobre ésta, el estuche de los lentes a mano derecha, tres porta retratos, uno grande y dos pequeños, un par de parlantes apagados, un cepillo de cabello…; al frente, ella, con los lentes feos que no le gustan, pensando en muchísimas cosas sin atinar de nuevo el modo de poder decirlas. Otra vez tiene esos diminutos granitos en la quijada, esa comezón en el vientre, ese “tic” en la laringe y faringe que de rato en rato le hace aspirar fuerte sin poder respirar normalmente. Desde hace dos días, apenas perceptible, el “nudito” en la garganta… Si, será algo pasajero, ella lo sabe bien, conoce también que todos esos “tics”, y granitos y picazón son psicológicos, cosas que tiene escondidas dentro de sí misma, cosas que ni ella mismo sabe o quiere reconocer de principio a fin., pero cómo duele todo eso, no entiende las razones, ya intentó preguntar y sin embargo solo nacieron más dudas, dudas que las siente como una tontería porque nunca tuvo un motivo fuerte para dudar; pero, después de todo, ella espera estar equivocada… de nuevo.
2 comentarios:
es solo cuestión de adaptarse...
Cosas que van y vienen. Abrazos.
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