¿Cómo estuvo la playa?

Y regresamos a Tulcán, aunque con novedades. Siempre me ha parecido más emocionante un viaje cuando en el transcurso del mismo sucede algo que deja conmovido o al menos "pensando" a los integrantes del paseo.

La playa de Tonsupa estuvo más linda de lo que recordaba, el agua del mar más caliente de lo que creía, el clima divino, no hizo frío ni hubo calor sofocante. Ideal: es la palabra.

Aprendí a hacer ceviche de camarón solo viendo cómo preparaban las negritas del carrito donde fuimos a terminar de desayunar el día primero, cerquita de la playa; la cosa más fácil del mundo ha sido. Uno de estos días hago el intento a ver si me queda tan bueno como a ellas ;)
Comimos rico, aunque me quedé con ganas de comer más mariscos, todo caro por allá... no se supone que por tener los mariscos "del mar al plato" debería ser más barato?; claro, seguramente es para aprovechar "el turismo", (aprovecharse del turista)... pero bueno... la verdad estaba bastante caro para mi bolsillo.


Mientras esperábamos y luego comíamos el ceviche de camarón; Keiler (no sé si así se escribe) el hijito de una morenasa que nos vendió coco enconfitado con panela, se pasó posando para mi cámara y comiéndose nuestro canguil jejeje.

En cuanto a las novedades... el día sábado en la tarde... ahí estaba yo como una niña chiquita en el mar, gritando y riéndome emocionada cada que venía una ola, medio trepada en una tabla de surf "de mentiritas", rota por dentro, pero lo suficientemente útil para hacer que me divierta sin tener que tocar la arena con los pies y me mantenga flotando sin miedo de que me entre agua en la nariz. El neguito cerca de mí para "salvarme" en caso de que me "ahogue".
Salimos del agua, un rato, por unos heladitos, donde los amigos. Al volver al mar, entré sin la "tabla"; en ciertas zonas de la arena bajo el agua, habían piedritas que provocaban un ligero dolor al pisarlas. De repente siento algo duro y puntiagudo que se clava en mi talón; salgo para averiguar qué es lo que pasó. Empieza a chorrear sangre por la planta del pie; llega mi neguito con mis zapatillas y me ayuda a sentarme para "descansar", pasa un buen rato y no me alivia, seguro por la sal del agua en la herida algo profunda... Sinceramente parecía un huequito tan pequeño que me daba iras y despecho que no dejara de doler. Yo que siempre me ando golpeando en todas partes, y me incorporo como si nada así me duela, esta vez me puse a llorar... Hubo un rato en que no podía ni mover el pie, sentía que me subía el dolor hasta la rodilla, y ya en el departamento donde nos alojamos me di gusto llorando. Más de media hora después, le pedí al neguito que me abrace, más bien solo se dejó abrazar, pero era tan reconfortante eso que de a poco me fue pasando. Me di un baño con mucha dificultad y ayuda de mi maridito lindo, y me fui a dormir. Creo que dormí como dos horas y desperté sin dolor :)

Mientras dormía fueron a almorzar-merendar. Cuando llegaron me trajeron filete de pescado a la plancha con un arroz buenaso y ensalada. Como nunca me comí todito!, seguro tanto llorar me provocó hambre jejeje.
Mientras me daba gusto con mi comida, el neguito estaba con una cara... "seguro comió demás", pensé. Se fue a la camita a descansar un poco para que le pase el malestar. Parece que le hizo mal la comida (mucho camarón, o alguno en mal estado) y siendo que no le salió ronchas ni nada que denote algún tipo de intoxicación, le dio fiebre por la noche. Ya para cuando fui a dormir lo sentí ardiendo, pero claro, los hombres son necios, y yo me porté demasiado "buena gente" como para dejarle no más que duerma con la camiseta y se tape con la sábana en semejante estado con el calor que hacía. Debí haberle sacado la camiseta a la fuerza y llevarme toda la sábana para que ni haga intento de cobijarse. Amaneció hirviendo igual. Asustada le avisé a mi mami que es enfermera y ella seguro me daba una señal de qué hacer. Mientras tanto le tenía con compresas de agua fría (más tibia que fría estaba) en la frente, pecho y espalda. Mientras más se quejaba del frío yo más asustada estaba, hervía y con frío... seguro alguna infección, y lejos de casa, en lugar desconocido... ay... Mas o menos a eso de las tres de la tarde del domingo (ayer) le pasó casi todo el malestar y tomó un Tempra.
En el camino de regreso pasó dormido, y a cada rato le tocaba la frente asustada esperando que no estuviera con fiebre de nuevo.

Volviendo hicimos dos paradas (me acuerdo porque estaba despierta), en la primera vimos un grillo enorme!, nunca había visto uno de ese tamaño!, parado en el palo de una escoba, en una gasolinera "fantasma".

La otra parada fue porque, sobre la carretera escapando de ser atropellada, estaba una serpiente!, ni como bajarse para hacerle a un lado, ninguno de nosotros teníamos conocimiento de cómo cogerla ni de cuán peligrosa era.

Y, aquí se acaba el largo resumen de las cosas más relevantes del paseito. Lo importante es que "los enfermos" mejoramos, y que todos los involucrados nos acordaremos de esto, siendo un buen tema para reirse.