Me indigna el servicio de buses que hay aquí, principalmente
me refiero al área donde los tomo y por donde continuamente transito. Si, en el
Valle de los Chillos, lo usual es que, los controladores o cobradores, o como
deseen llamarlos sean groseros cuando una no les da "sueltos", que le
hagan a una bajarse al vuelo y al apuro, porque van compitiendo entre
cooperativas, que ni bien una pone un pie en las gradas, el bus ya arranca y
entonces busca de dónde o de quién te agarras porque sino es golpe o caída segura,
ah, y no hay que olvidar que siguen haciendo subir a más personas cuando en
realidad ni en el medio del bus hay dónde poner un pie... y, lastimosamente,
creo que la gran mayoría de usuarios simplemente se han acostumbrado... al
trato, a viajar como sardinas, a pasar casi aplastados en medio de las otras
personas para tratar de bajar en la parada deseada, y con tiempo, porque sino
empieza una pelea increíble con el controlador quién le grita al pasajero que
debía haber empezado a bajar con más anticipación... Y nadie dice nada, casi
nadie cede el puesto, los niños entran corriendo y se escabullen en medio de
las demás personas, sus madres no les enseñan que hay que respetar a todos,
ellos pasan con sus mochilas, pisando, empujando, golpeando, y no regresan ni a
ver para quién fue el golpe, peor a pedir disculpas…
Todo es una cadena de eventos a los que simplemente hay que
prepararse cuando se trata de transportarse en buses, y todos somos culpables:
Desde las mamás que envían a sus hijos a pasar entre todas
las personas muy groseramente, las personas que dejan sus vehículos
estacionados en las paradas de los buses, impidiendo así que éstos puedan dejar
a los pasajeros allí, teniendo, el pasajero, que bajarse en medio de la calle,
con el peligro de que una moto o a veces hasta otro automóvil lo arrolle… los
que jamás ceden su puesto a nadie por ninguna razón, ni a embarazadas, ni a
mamás con guaguas tiernos, mucho menos a los pobres ancianos que no pueden ni
pararse, peor agarrarse de algo en el interior del movedizo bus… los
controladores que pretenden que una salga como loca corriendo con dos cuadras
de anticipación y se baje al vuelo, los buseros que van compitiendo, siendo que
casi siempre sus recorridos con los otros buses toman rumbos distintos… hasta
los que nos conformamos y callamos simplemente por evitar peleas “innecesarias”
que más que para ser escandalosas no sirven para nada.
A nadie le importa el otro, prácticamente todos ven por sí
mismos y nada más. El otro que se joda. Estoy segura de que si preguntaran a
los pasajeros si prefieren ir en bus o en auto particular, al menos el 80% de
viajeros preferirían un automóvil particular, para no tener que padecer todos
los malos tratos que este medio de trasporte brinda.
Quizás no me hubiera fijado en todas estas cosas antes, no
es que me considere anciana, pero, la juventud le da a uno más energía, hasta
quemeimportismo frente a situaciones así; quizás cuando viajo sola es más fácil
y simplemente les sigo el ritmo a los apurados buseros. Pero eso no quita la
realidad del mundo que nos toca vivir.
No debería ponerme a pensar el mundo que les estamos dejando
a nuestros hijos, me entristece ver el prácticamente nulo interés de la gente
hacia el bien de sus semejantes. Yo, como madre, le enseño a mi hijo a respetar
a las demás personas, a decir “permiso”, a dar el puesto, hasta a cuidar el
trasporte… y seguramente yo soy una de pocas.
Finalmente, lo que más me indigna, es que, desde donde
estoy, siento no puedo hacer nada, más que seguir en el triste conformismo… y
seguir siendo culpable por ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario