Para los vecinos

Me cabrea la gente metiche, pero, más me cabrean los vecinos metiches, ¿qué será que espían tanto? es decir, ¿no tendrán nada más que hacer que se la pasan colgados mirando la vida ajena? O ¿es que soy tan guapa que no pueden dejar de mirarme? jajaja, o ¡no!, seguramente ha de ser que no pueden dejar de ver cuál es el menú de cada día, para comprobar si en serio lo que huele rico es lo que yo cocino; o, tal vez es que no acaban de ver bien mis tarritos del arroz, azucar, sal, que pinté, que les gusta tanto y, como la cortina de la cocina tapa eso, entonces tratan de colgarse de tal forma que alcancen a distinguir bien los colores, pero no lo consiguen y por eso a cada rato todos los días lo intentan una y otra vez?

Estos son mis tarritos...

O ¿será que les gusta mis delantales de dibujitos y quieren ver si por los colores se acuerdan de dónde vieron esa tela para mandarse a hacer otros igualitos? O ¿será que quieren ver la hora en mi reloj de gallito, y como no alcanzan a ver los números requieren colgarse?

Aquí el reloj que ni pilas tiene...

Yo si que puedo imaginarme una y mil razones por las que no paran de espiarme, y sí, cada vez que estoy en la cocina y escucho ese "chrriiirrrr" de la puerta, me es imposible dejar de mirar "lo que me espían", si, es que suben a la parte de la "terraza", sea la señora, una o las dos empleadas, la abuelita, o hasta las mismas hijas de la señora, y se cuelgan en esa cosa como balconcito, ahí, trepadotas, literalmente colgadas y, cuando se quedan calladitas, entonces ya sé que están espiando, arghhh, me cabrea, ¡que desesperación!, ni como comerme un pedacito de la pechuga del pollo que estoy cocinando, ¿luego qué dirán? ¿que cocino con babas? jajaja. Que bestia, yo si soy bien paranóica, de todos modos, siempre tienen una buena excusa para subir, por lo general es a "lavar ropa", ahí lavan ropa todos los pinches días a las horas que yo estoy en la cocina, ¡que coincidencia!. Lo que pasa es que suben, y se hacen las que lavan la ropa, y enseguida se escucha solo el agua caer en algo como balde, y un silencio, entonces, miro, y ahí están, miraaaaando, despistaaadas, elevaaaadas... Lo malo, también, es que ni como protestar, porque son los dueños de casa, así que si digo algo luego no nos vayan a subir el arriendo jejeje; pero, lo que estoy haciendo últimamente, es que apenas ya les veo ahí colgadotas, levanto la cortina y las miro, y saludo con la mano, ahí rapidito se dan la vuelta y se hacen las locas.

Ah, y eso que no les conté que una de las hijas de los dueños de casa, nunca duerme, es una especie de mini monstrita que se pasa solo llorando, a la madrugada, en la mañana, tarde y noche, creo que ese es su hobby, pero, ojo, no es un simple llanto de niña, ¡no! es como si la estuvieran matando!! por Dios!!, y, también cuando estoy en la cocina, ahí si que es imposible no escuchar, y yo lloro con ella pero para que alguien la calle :(

En fin, siempre he tenido vecinos metiches; cuando vivía en el valle estaba la Sra. Mariana, dos casas más a la derecha de mi casa, qué bestia, era otra, sin disimulo se colgaba de la ventana, por eso el día que me casé, yo estuve ya pendiente de ella, para que cuidado y se caiga por las tejas al suelo, apenas la vi ahí trepada le saludé para que pueda verme bien con mi vestido y no vaya a tener accidentes por mi causa jajaja.

Vivir arrendando tiene hartas desventajas, pero, hasta que el bolsillo dé más, seguramente tendré que seguir soportando y hasta irme acostumbrando a los vecinos que me espían; ahí les he de seguir saludando para que al menos les de algo de verguenza, o, veré qué más se me ocurre; ¿alguien me ayuda con alguna otra idea?