No soy muy creyente de esa frasesita que dice que "el que persevera alcanza", la verdad mi lado pesimista, que es más de la mitad de mí, siempre se pone a pensar primero en todas las posibilidades negativas que pueden o "van a pasar", y en medio de ese caos y bajo esa nube negra, que mi marido dice que tengo sobre la cabeza, hay apenas una pequeña fracción de luz, pequeñita y distante, que muchas veces ignoro, y creo que es por miedo, a lo desconocido.
Aún así, el pasado fin de semana, contradije a lo "inalcanzable" y, me decidí, hice a un lado mis dolores turros de espalda, la moquera y los malos pensamientos (en su mayoría).
Mi muy querida y estimada amiga
Chaulafanita iba a venir con su esposo y sus padres, a estas frías tierras a conocernos (aprovechando que fueron a Quito, y de ahí quedaba menos lejos Tulcán) y pasear un poco por acá, pero no pudieron llegar porque su Chanchito se puso un poquito enfermo; me entró tristeza pero al final pensaba "¿qué se puede hacer?, no pues, ya no pudieron venir"
Tengo una relación de amistad muy fuerte con ella, es como la hermana que siempre hubiera querido tener, se parece bastante a mí, en algunas cosas, a veces dudamos si nacimos juntas y nos separaron jejeje. El punto es, que a veces se piensa que es un poco diferente conocer a alguien por Internet y fotos y esas cosas, que es hasta "falso" cualquier vínculo que se cree por ese medio. La verdad yo nunca la vi como algún tipo de "amiga imaginaria", pero siempre tuve el deseo de verla alguna vez, como una chica real de carne y hueso.
Entonces, como una "iluminación", o tal vez solo "buena suerte", o definitivamente porque "tenía que suceder", mis suegros decidieron ir a Quito ese mismo fin de semana, y, mi esposito y yo nos "colamos" en el viaje, aprovechando que iban en carro propio, y que por eso yo podría ir un poco más cómoda para no afectar mi dolencia.
Así que una vez decidido la llamé, a ver qué decía, y quedamos en que si existía la posibilidad de encontrarnos en Quito. Dicho y hecho, el viaje se me hizo largo porque iba ansiosa, contenta, nerviosa y pensativa...
Luego del almuerzo con la familia, a sacarme la "ropa cómoda de viaje" y a ponerme el jean medio nuevo. Aprovechamos que mis suegros dijeron que nos llevemos la camioneta para dejarla en el garaje de la casa de mi mami; salimos directo al hotel donde estaban ellos. Al llegar me atonté, y creo que era la emoción, me puse más despistada de lo normal... Y luego apareció :) me daba la impresión que estaba dentro de
su galería de fotos, es tal cual me la había imaginado, bueno, no, la verdad pensaba que era más bajita :P Conversamos un rato y luego conocimos a sus padres, que lindo! ¡todos eran tal cual las fotos!, de a poco los nervios iban desapareciendo y me sentí "en más confianza".
Conversa y conversa el tiempo se iba; luego de despedirnos de sus padres nos fuimos a Sangolquí, a dejar la maleta y a
Zeus donde mi mami; "nos cogió la lluvia" en el camino y al llegar; de nuevo más conversaciones, un cafecito, juguito de naranja... y la noche llegó al trote.
Decidimos ir a la Plaza Foch en Quito y nos fuimos derechito. Luego de dar una pequeña vuelta de reconocimiento, entramos a La Boca del Lobo, un lindo lugar, para qué también, la comida que se pide ahí es igualita a la foto de la carta (que más parecía catálogo, y bien diseñado).
Para qué contar toditos los detalles si me va a quedar más largo el post, creo que esos me los guardo y los atesoro, porque personas así son las que yo consiero que valen la pena.
Finalmente nos despedimos luego de tanta risa, y quedamos en que quizás nos veríamos al día siguiente. Y si, así fue, el domingo coincidimos en el centro de Quito, que estaba llenito de gente por el feriado, y no pudimos entrar a ningún museo, solamente a la Companía, pero fue tan "al apuro" que creo que no valió la pena tanta espera en la cola.
Caminamos un poco, unas cuantas fotos, almorzamos, reimos :) Y llegó ahí si la hora de despedirnos. Me llevé lindos recuerdos y ahora si mi amiga dejó de ser "imaginaria, irreal".
Al final, creo que la perseverancia y el deseo de conocerlos fue lo que nos acercó, cada uno puso de su parte y las cosas se pudieron dar de la mejor manera. Definitivamente un fin de semana innolvidable. Algún día, quizás no muy lejano, podamos devolverles la visita ya cuando estén en Madrid.
Aquí una fotito donde estamos los cuatro, poco tiempo después de habernos visto frente a frente por primera vez; el neguito sale bien parecido al
Zeus, pero en realidad no es así, creo que fue una mala pose no más jajaja. Yo todavía estaba nerviosa, y creo que si se nota :P

Y acá, una fotito que ella nos tomó el domingo, en el centro de Quito. Ofreció mandarme toditas cuando retornen a Dinamarca, así que estaré esperando!!